Una vez estudiada toda la documentación, la Asociación TYTO ALBA ha presentado alegaciones en contra de la instalación del parque eólico “La Frontera”.
El proyecto, sometido a período de exposición pública consultado por la asociación TYTO ALBA en el Ayuntamiento de Vega de Valcarce, tiene muchas deficiencias, por ejemplo no se señala en los planos la ubicación de la futura subestación eléctrica, ni existe el estudio estimativo que debería contener el proyecto contemplando el patrimonio arqueológico y etnológico. Esta última premisa fue requerida a la empresa por la Junta de Castilla y León, y publicada en el Bocyl de 11 de abril de 2008. El estudio brilla por su ausencia en la documentación aportada. Se ha omitido la proximidad de la aldea de O Cebreiro, situada a 1.5 km. escasos del lugar donde se pretende ubicar la instalación.
Impacto visual del parque eólico desde O Cebreiro si se autoriza el proyecto
Los cinco aerogeneradores de ochenta metros de altura, se verían desde cualquier ángulo de esta población, provocando además afección por contaminación acústica y destrozarán por completo el paisaje. Es sospechoso que la empresa promotora, en la documentación aportada, se haya “olvidado” de la existencia de este pueblo, incluyendo sin embargo otras poblaciones menos conocidas, cuando es evidente que el lugar más afectado será O Cebreiro, a pesar de estar declarado como conjunto histórico artístico y que todavía conserva pallozas de origen prerrománico.
La instalación invadiría, con su pista de acceso, la zona LIC “Ancares-Courel”, acogida a protección comunitaria, cuyo límite hace frontera entre las dos provincias. Nos encontramos pues que la comunidad gallega tiene protegido su espacio y la leonesa no. A fecha actual, no consta que obre en poder de la Xunta de Galicia ninguna petición para la construcción de este acceso, recordemos que esta infraestructura partiría de territorio gallego, estando por tanto en zona protegida. Todo ello viene a contradecir lo afirmado a los medios por la alcaldesa de la localidad de Vega de Valcarce, quien aseguró en su día que el parque cumplía todos los requisitos y que no afectaba a ningún área protegida.
Según la alcaldesa, se aseguran beneficios para el municipio, pero en ninguna parte se ha hablado de las cuatro poblaciones que se hallan al otro lado de la frontera, en la parte gallega. Los pueblos de Rubiais, Fonteboa, Acibo, Celeiró además de la aldea del Cebreiro, se verán mucho más afectados que los pueblos de la vertiente leonesa y, probablemente, nunca cobrarán ni un euro, a pesar de que el proyecto se ubica tanto en tierras gallegas como leonesas. A ello se une que la Junta de Castilla y León haya decidido que este proyecto no se someta a Estudio de Impacto Ambiental, lo cual deja manos libres a la empresa para hacer y deshacer a su antojo. No hemos visto, si es que existe, ningún plan de desmantelamiento para este parque, por tanto cuando la instalación quede obsoleta el municipio se arriesga a quedarse con un monte lleno de chatarra eólica.
La no obligatoriedad de someterse al Estudio de Impacto Ambiental demuestra nuevamente la dejadez por parte de los técnicos de la Junta de Castilla y León, a quienes parece importarles muy poco la proximidad del Camino de Santiago estando a tan solo 1200 metros lineales de la ruta Jacobea, declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1962 por el Estado Español; Primer Itinerario Cultural Europeo por el Consejo de Europa en 1987; Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1993; y por si fuera poco el Consejo de Europa le concedió en el año 2004 la categoría de Gran Itinerario Cultural Europeo. Parece ser que al gobierno regional le importa bien poco todas estas calificaciones facilitando a la empresa promotora la concesión de las autorizaciones pertinentes.
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